El trabajo, la casa, los chicos… una vez que entramos en la rueda de la rutina, es un no parar! Pero es necesario buscar tiempo para una misma, para relajarse, conectar y así poder afrontar las semanas con más tranquilidad. Y una buena forma de combatir el estrés son las manualidades, según se desprende de un estudio de la Universidad de Drexel en Filadelfia (EEUU).
Nosotras lo comprobamos a diario en nuestros talleres. Personas de diferentes edades y situaciones se relacionan, charlan y se liberan de su estrés cotidiano mientras aprenden a bordar, tejer, o a pintar.
Realizar trabajos manuales es una tarea, que la mayoría no hace habitualmente y por eso, dedicar tiempo a estas actividades supone salir de la rutina, lo cual ayuda a despejarnos, desconectar y calmar la mente.
Además, cuando realizás algo con tus propias manos necesitas concentración, lo que hace que todos los problemas que rondan por la cabeza desaparezcan para centrarse en lo que se está haciendo.
También se considera que el trabajar con las artes manuales contribuye a la coordinación y fomenta la creatividad, pues cada persona puede encontrar diversas maneras de expresarse a través de sus manos. Ambos aspectos que tienen un impacto positivo en nuestra vida diaria, tanto en casa como en el trabajo, pues los resultados suelen ser altamente gratificante.
Por último, el conseguir hacer algo con tus propias manos también ayuda a la autoestima, a reconocer las capacidades que uno tiene y saber valorarlas. Es un buen instrumento para sentirse realizado, y con un plus: Podrás lucir en tu casa una pieza totalmente única, hecha por ti!
Así que si tenías dudas de si empezar en el mundo de las manualidades, ya no tenés excusa, ¿no crees?